viernes, 14 de mayo de 2010

El Fútbol por la radio.


Mi historia se centra en mi línea de tiempo a comienzos de la década del 90. Nuestro país ta había recuperado la democracia, el Mundial de Italia 90` ya era parte del pasado y Chile se aprestaba a organizar la Copa América 1991. Mi atención por el fútbol había comenzado años atrás, viendo los partidos de la clasificatoria que disputaba Chile, jugando contra Venezuela en Mendoza y los partidos contra Brasil (Maracanazo incluído). Así, el fútbol entró a mi vida y desde ese entonces no ha salido jamás, acrecentandose cada vez más mi atención hacia este tan precioso deporte.


Al principio mi atención se veía satisfecha por los partidos que transmitían por televisión el inoxidable sapito Livingstone junto al eterno Pedro Carcuro, en el canal nacional; o la "motivadora" dupla de Tito Filloux con Nestor Isella, por Canal 13. Así fué como ví los partidos de Chile y algunos del Mundial de Italia 90`. Pero al finalizar el Campeonato Mundial, irrumpe en las comunicaciones chilenas un canal nuevo, privado, dispuesto a comerse a la competencia. Su nombre: Megavisión, de propiedad del "mal nacido" Ricardo Claro (que arda su alma en el infierno). Este canal vino a adjudicarse el Festival de Viña y los partidos del Torneo Nacional de Fútbol. Hechos lamentables al bajar considerablemente la calidad de ambos eventos. En cuanto a lo que nos interesa, el fútbol, Megavisión ofrecía una transmisión precaria al mando de Milton Millas (Miltonteras) y Hector Vega Omesime. Lo lamentable, es que sólo se transmitían los partidos de día viernes, poco atractivos al paladar futbolero de un hincha de equipo grande, como René, mi viejo (alias "el renegado") o como yo. Duelos como "Coquimbo Unido v/s Provincial Osorno "; "Arturo Fernandez Vial v/s Regional Atacama" o "Cobresal v/s Palestino" me servían bastante para dormirme temprano un viernes por la noche. De cuando en vez transmitían partidos de la Gloriosa U. de Chile, viernes aislados que servían de base para que rené invitara a los vecinos y disfrutaran de una cervecita viendo el fútbol. Yo me tomaba una Bilz.


Por lo tanto, comenzamos a tener una actividad de Domingos por la tarde junto a René que nos unía como hinchas del fútbol: lavar el auto escuchando "La Sintonía Azul", nuestro programa radial favorito. Sintonizabamos en frecuencia A.M. el dial 600 y escuchabamos los comentarios de Waldo Mora (una suerte de "Hernan Camacho" radial) y de los relatos de José "pepe" Hormazabal, quien inmortalizara el clásico "Goooool azul-azul-azul-azul-azul-azul", cada vez que el gran Gino Cofré inflaba las redes. La radio del Peugeot 404 a su maximo volumen, y nosotros resfregando sus latas escuchando los relatos. Luego de terminar de lavar el tocomocho, nos encerrabamos adentro, silentes a escuchar el segundo tiempo. "Gol!, Gol!...ooooh! se le fué weón!, eran algunas de las expresiones que rompían el silencio sepulcral que se adueñaba de esos minutos. Recuerdo una tarde de invierno, llovía de una manera infernal. Jugaba la U contra Provincial Osorno. Había un temporal que cubría gran parte del territorio nacional. Nosotros, luego del ver el sorteo del Kino por canal 13, condicido por José Alfredo "el Pollo" Fuentes, nos aprestamos a escuchar el partido por radio. El partido era durísimo, el equipo local dominaba las acciones, incluso se puso en ventaja. En el segundo tiempo, el León levantó su juego y llegó al empate con gol de penal de Mariano Puyol. En los minutos finales, René me dijo: "mira, cuando termine el partido vamos a ir a comprar parafina azul (wuajajaja). Si la U hace un gol, te compro un golpe (léase el chocolate, no una agresión física). Yo, un pequeño negrito le dije: "bueno, pero me lo compray ah". Estabamos en esa negociación, cuando un centro de Gabriel Galindo por la derecha es conectado de cabeza por Gino Cofré, colándose la pelota entre palo y arquero. "Goooool, azul-azul-azul-azul-azul" (siempre con el efecto de eco que le ponían para hacer mas espectacular los relatos del gol). Terminó el partido, dejó de llover, fuimos a comprar la parafina azul, yo me comí el chocolate camino a casa, y todos felices, ganó la U.


Así a mis aproximadamente 6 o 7 tiernos añitos ya me sabía la formación completa del equipo. Nombres como Walter Mella, Gabriel Galindo, Rogelio Delgado, Ariel Beltramo, Gino Cofré, y el gran Mariano Puyol son algunos de los que no se me olvidan, los que relataba el gran Jose "Pepe" Hormazabal y que escuchabamos por la "Sintonía Azul". Fué una época difícil, donde por lo general las jornadas terminaban con un sabor amargo de boca. Las derrotas con Palestino, Unión Española, y Deportes Concepción, condenaban a nuestro glorios equipo a jugar la Liguilla de promoción contra Soinca Bata, Deportes Puerto Montt y el odioso equipo de Everton de Viña del Mar. Corría el año 1991, mientras nuestro archirrival, ese equipo innombrable que lleva un Indio en su escudo se titulaba Campeón de América, logro que hasta ahora, casi 20 años después siguen festejando los muy mierdas. Pero uno que no es hincha de cartón, se mantenía firme y fiel, apegando la orejita de niñito negro a la radio escuchando como esos jugadores dejaban la vida por un equipo que de grande solo tenía el nombre y su historia. Gracias a ellos, empezamos a construír "a mano" la poderosa institución que somos (no sin complicaciones, como el bullado caso de "La cuidad Azul").


Hay personas que me preguntan: "oye y como lo haces? te imaginas lo que va sucediendo?". Por supuesto, la habilidad para relatar que tienen algunos hace que uno se envuelva en la cancha de fútbol imaginaria que va creando en la mente y al escuchar que el tipo va por la izquierda, que se le arrancó la tortuga, que el jugador pilla ratones a pata pelá, que no llega a ese pase ni en motoneta, que pongan un vals que se armaron las parejas en el área, que el jugador perfuma el balón con aroma de gol, que los jugadores parecían albañiles contruyendo paredes, y el mítico: "tuya-mía-para tí, para mí, tac-tac-tac-tac", relato clásico de Vladimiro MimiÇa; en fin, esa inagotable fuente de poesía que adornan los relatos de cada fin de semana y que se niega a morir, pese a que hoy en día podemos ver los partidos por CDF, Fox Spots o cualquier otro canal de Tv junto con una buena botella de vino en el bar de la esquina. Incluso contratar los canales o hacer pillería y verlos por internet, en la comodidad del hogar.


Pero cuando falla el satélite (cosa que increíblemente sigue sucediendo). O cuando voy de viaje a algún lugar, o las veces que me ha tocado estar ocupado en mis labores fuera de casa, siempre está la fiel transmisión de mis amigos de la radio. Me vuelvo nostálgico y recuerdo esos avisos de publicidad que los locutores radiales (como el genial Mario Pesce) han transmitido a través de estos años de fútbol. Frases como: "Cigarrillos Pacific, el cigarrillo laaaaaaaaaaaaargo del precio corto"; "Remolques Tremack. Entre un remolque y un remolque, hay un Tremack de diferencia"; "Shampoo anticaspa Vitapelina, el Shampoo"; "El jugador Esso Crack del partido" y taaantas otras más.


Este es mi más sentido homenaje a esos titanes de siempre, hombres de radio que han entregado su vida dentro de la caseta de transmisión. Nombres como: Hans Marwitz, Vladimiro MimiÇa, Claudio "el negro" Palma, Sebastián "tatán" Luchsinger, Milton Millas, Waldo Mora Longa, Jose "pepe" Hormazabal, Ernesto Díaz, Sebastián Saldaña. Y por último, como dejar de nombrar al más grande de todos, y la inolvidable opinión de don Julio Martínez, alias "JM" (sin beatle). Por todos estos años de pasión, información y locura futbolera, simplemente gracias!